Crítica: «El retablo de maese Pedro» en el Teatro Real

Crítica retablo maese Teatro Real Por Federico Figueroa

Un centenario que merece celebrarse

La mecenas más famosa del siglo pasado, la estadounidense Winaretta Singer, princesa de Polignac por matrimonio, encargó a Manuel de Falla una obra de unos 25 minutos de duración y con una orquesta pequeña. Para ella la época de las grandes orquestas se había acabado y había que pensar en conjuntos pequeños con instrumentistas bien elegidos. Lo que no podía esperar es que De Falla tardaría 5 años en cumplir el encargo. El estreno de la obra fue en 1923. Primero en una versión de concierto en Sevilla y unos meses más tarde fue el estreno escénico, en el salón del palacete parisino de la princesa. La espera valió la pena pues la obra es una de las más estimadas del compositor gaditano, que incursionó por vez primera en el neoclasicismo, corriente estética liderada por Stravinski. 

Pablo Heras-Casado en un momento de "Pulcinella" de Stravinski / Foto: © Javier del Real
Pablo Heras-Casado en un momento de «Pulcinella» de Stravinski / Foto: © Javier del Real

La ópera preparada por De Falla, autor de la música y el libreto, sigue con fidelidad lo escrito por Cervantes en el capítulo XXVI de la segunda parte de El Quijote, en la que Sancho y Don Quijote son espectadores del retablo que muestra en la venta el Maese Pedro, con la historia de Don Gaiferos y Melisendra de los romances del ciclo carolingio. Mientras Maese Pedro manipula los títeres, un muchacho (el trujamán) narra la historia: la bella Melisendra está encerrada en una torre, prisionera de los moros, en la ciudad de Sansueña. Desde París llega su esposo Don Gaiferos, obligado por el emperador Carlomagno, para rescatarla. Don Quijote, buen conocedor del romance, corrige dos errores de la narración del trujamán. En el tercer error, Don Quijote, incapaz de separar la realidad de la ficción, se pone en pie y destroza a los títeres y al teatrillo. 

Un momento de "El retablo de maese PedroE / Foto: © Javier del Real
Un momento de «El retablo de maese PedroE / Foto: © Javier del Real

A cien años de su estreno el Teatro Real lo celebra con esta función única, en versión de concierto. En 2009 vimos en este teatro una propuesta escénica con enormes títeres de Enrique Lanz. La novedad en esta ocasión es que se cuenta con la Mahler Chamber Orchestra, liderada por Pablo Heras-Casado, que nos ofreción un sonido estupendo, homogéneo y brillante en todas las secciones. Heras-Casado remarcó la faceta teatral de esta ópera de cámara en contraste con las dos piezas que habían interpretadas en la primera parte de la velada: el “Concerto para clave”, también de Falla, y la Suite “Pulcinella” de Igor Stravinski. En la primera de ellas el clavecinista Benjamin Alard dio muestras de su calidad artística, aunque se echó en falta un poco de empatía de parte de la dirección musical, que ahogó algunas partes del bello sonido del clave. Mayor calado artístico se logró con la pieza de Stravinski. Bien equilibrada en los planos sonoros, coloreados y contrastados. Crítica retablo maese Teatro Real

Héctor López de Ayala / Foto: © Javier del Real
Héctor López de Ayala / Foto: © Javier del Real

En la ópera se contó con el tenor Airam Hernández como Maese Pedro. Su voz se notó bien asentada y cómoda en el papel, al igual que la voz recia del barítono José Antonio López como el del exaltado Don Quijote. Estupendo, y muy aplaudido, el Trujamán del jovencito Héctor López de Ayala, voz de los Pequeños Cantores de la JORCAM. Pronto saldrá al mercado una grabación comercial de la obra con los mismos solitas y dirección musical, realizada unos días antes en Gerona. 


Madrid (Teatro Real) 18 de febrero de 2023. El retablo de Maese Pedro y Concierto para clave de Manuel de Falla.   Suite Pulcinella de Igor Stravinski.

Voces solistas, Airam Hernández, José Antonio López, Héctor López de Ayala.                          Benjamin Alard, clavecín.     Mahler Chamber Orchestra    Pablo Heras-Casado, director. 

OW