Crítica: «Le nozze di Figaro» en el Teatro alla Scala

Crítica: «Le nozze Figaro» Scala Por Bernardo Gaitán

Entre los espectáculos que han construido la historia moderna del Teatro alla Scala se encuentra sin duda la puesta en escena de Le nozze di Figaro del aclamado regista italiano Giorgio Strehler. La ya histórica versión se estrenó el 19 de mayo de 1981 de un proyecto diseñado originalmente para París, al que posteriormente Strehler adaptó a los espacios del escenario de La Scala, creando así la obra maestra de elegancia y sobriedad que conocemos hoy en día. Crítica: «Le nozze Figaro» Scala

Una escena de "Le nozze di Figaro" en La Scala / Foto: Brescia e Amisano - Teatro alla Scala
Una escena de «Le nozze di Figaro» en La Scala / Foto: Brescia e Amisano – Teatro alla Scala

La longeva producción, durante sus más de cuatro décadas de historia, ha visto pasar nombres de la talla de Samuel Ramey, Anne Sophie von Otter, Ferruccio Furlanetto, Alessandro Corbelli, Simon Keenlyside, Barbara Frittoli, Pietro Spagnoli, Diana Damrau o Ildar Abdrazakov por nombrar algunos de los interpretes en las 10 diferentes temporadas que se ha montado en el recinto milanés. La propuesta sigue vigente gracias a la afortunada colaboración del team creativo, partiendo plaza la proporcionada escenografía de Ezio Frigerio y la casi científica iluminación de Marco Filibeck, que logra que el exquisito escenario de Frigerio sea «iluminado por el sol» según la hora del día en la historia con el diseño. Ovación de pie requiere como siempre el detallado vestuario de Franca Squarciapino que en conjunto con lo antes mencionado nos sitúa perfectamente en la Sevilla de finales del Siglo XVIII. Crítica: «Le nozze Figaro» Scala

Una escena de "Le nozze di Figaro" en La Scala / Foto: Brescia e Amisano - Teatro alla Scala
Una escena de «Le nozze di Figaro» en La Scala / Foto: Brescia e Amisano – Teatro alla Scala

La puesta en escena sigue funcionando ante el público, quien la recibe como siempre a brazos abiertos, aunque hay que reconocer que algo de modernidad o actualización no le caería nada mal; pues no hay que olvidar que algo que funciona hace cuarenta años no forzosamente debe seguir funcionando hoy en la actualidad. Un toque de agilidad o mayor dirección en los actores hubiera sido muy apreciado por parte de Marina Bianchi, quien ha firmado el revival de la propuesta en esta y en todas las ocasiones anteriores. Por desgracia, igualmente la Orquesta del Teatro alla Scala necesitaba un concertador mucho más vivaz y propositivo que Andres Orozco-Estrada. El director colombiano -naturalizado austriaco- propuso una versión sin pena ni gloria; académicamente correcta pero carente de matices y dinámicas. Cabe señalar que Orozco-Estrada puso particular atención en no cubrir a los cantantes sacrificando incluso momentos orquestales para hacer lucir al cantante. Muy apegado a los tempi indicados en la inmortal partitura clásica, aunque el verdadero martirio fue la lentitud y evidente ignorancia en la ejecución de los recitativos mozartianos. Agilidad y dinamismo totalmente ausentes en el bajo continuo de Paolo Spadaro Munitto, al clavecín, y Simone Groppo, en el violoncelo.

Una escena de "Le nozze di Figaro" en La Scala / Foto: Brescia e Amisano - Teatro alla Scala
Una escena de «Le nozze di Figaro» en La Scala / Foto: Brescia e Amisano – Teatro alla Scala

Para compensar las deficiencias en el foso estuvieron los cantantes. Como en la temporada pasada de junio de 2021, el rol protagónico fue encomendado a Luca Micheletti. El barítono italiano como siempre interpretó un Figaro tremendamente propositivo actoralmente -sobresaliendo antes sus demás colegas- con una vocalidad plena y correcta que le han valido el muy merecido éxito que esta cosechando actualmente. Muy esperado fue para los melómanos fue el regreso a la Scala, tras varios años de ausencia, de Ildebrando D’Arcangelo. El bajo-barítono italiano nos ofreció un Conde di Almaviva de antología, pues se encuentra en un momento de su vida donde es innegable la madurez vocal que roles como el Conde o el repertorio que esta abordando actualmente se vuelven casi perfectos. De potencia vocal impresionante, agilidad en la coloratura y el fa sobreagudo de su aria «Hai già vinta la causa” hicieron que fuera lo mejor de la noche.

La dupla femenina fue igualmente bien lograda, la soprano ucraniana Olga Bezsmertna ofreció una Condesarica de matices y colores que por ejemplo se mezclaron armónicamente durante la “Canzonetta sull’aria” junto a la fresca Susanna de la joven Benedetta Torre. La soprano genovesa cuenta con hermoso color de voz que supo explotar y lucir sobre todo en la sobre cogedora cadencia de su aria “Deh vieni, non tardar, o gioia bella”. La mezzosoprano bulgara Svetlina Stoyanova dibujó un Cherubino un poco cliché pero vocalmente correcto, mientras que Andrea Concetti como Bartolo cuido mucho su interpretación  de “La vendetta” al igual que el tenor Matteo Falcier como Basilio con “In quegl’anni, in cui val poco” totalmente en estilo mozartiano. Por su parte Rachel Frenkel dio vida a Marcellina, Paolo Nevi a Don Curzio y Mariya Taniguchi a Barbarina.


Milán (Teatro alla Scala), 10 de octubre de 2023.  Le nozze di Figaro Ópera con música de Wolfgang A. Mozart y libreto de Lorenzo Da Ponte. Crítica: «Le nozze Figaro» Scala

Director musical: Andrés Orozco Estrada.                     Director de coro: Giorgio Martano

Dirección de escena: Giorgio Strehler, retomada por Marina Bianchi

Escenografía: Ezio Frigerio.   Vestuario: Franca Squarciapino    Iluminación: Marco Filibeck Coreografía: Frédéric Olivieri

Orquesta y Coro del Teatro alla Scala.

Elenco:  Ildebrando D’Arcangelo, Olga Bezsmertna, Benedetta Torre, Luca Micheletti, Svetlina Stoyanova, Rachel Frenkel, Andrea Concetti, Matteo Falcier, Paolo Nevi, Mariya Taniguchi.

OW