TOULOUSE / ‘Idomeneo’ de Mozart, en un pedestal
Toulouse. Teatro del Capitolio. 27-II-2024. Ian Koziara, Cyrille Dubois, Marie Perbost, Andreea Soare, Petr Nekoranec, Kresimir Spicer. Dirección musical : Michele Spotti. Dirección escénica : Satoshi Miyagi. Mozart: Idomeneo.
Tras su estreno en el Festival de verano de Aix-en-Provence en 2022, esta producción de Idomeneo de W. A. Mozart llega a orillas del Garona en el Théâtre du Capitole de Toulouse, coproductor del espectáculo. En lo que respecta a la puesta en escena, empecemos por señalar la incongruencia de colocar a cuatro de los cinco cantantes principales sobre pedestales con ruedas manipulados a la vista durante casi tres horas. Al efecto visual se suma la incomodidad de ver a los intérpretes aferrados a sus barandillas y sujetos por cables, tratando de mantener una sensación de seguridad que les permita cantar sin hacer demasiado audibles sus tensiones. Satoshi Miyagi imagina a estos personajes cantando de frente y sin expresión, como reducidos a figuritas móviles que los dioses manipulan en el escenario.
La idea no carece de originalidad, pero su repetición convierte rápidamente la velada en un largo túnel de aburrimiento del que emergen, sin embargo, las propias cualidades del buen canto. Miyagi sitúa la trama en un marco histórico vinculado a la Segunda Guerra Mundial y a la rendición de Japón, estableciendo un paralelismo entre la abdicación de Hiro-Hito y la de Idomeneo a petición de Neptuno. El resultado es tan enmarañado y desordenado como los bosques de hilos de algodón que recubren los tabiques de los diferentes volúmenes en escena, con efectos gráficos que recurren a la imaginación y el folclore japoneses para mostrar a Elettra (la única que permanece “en tierra”) como una criatura híbrida con ramas y algas como extremidades superiores.
Junto a un coro (Les éléments) magníficamente preparado por su director Joël Suhubiette (magnífico “O voto tremendo”), el reparto reunido en la Opéra National du Capitole de Toulouse fue de un excelente nivel. En el papel principal, el tenor estadounidense Ian Koziara se mostró tan convincente como en su actuación en la Opéra Royal de Wallonie a principios de temporada, a la vez conmovedor y lleno de autoridad, especialmente en las narraciones acompañadas, que no asustaron ni al cantabile de “Accogli, oh re del mar” ni al virtuosismo del formidable “Fuor del mar”.
Con su cuidada entrega y su canto matizado, el tenor normando Cyrille Dubois retrató a un Idamante conmovedor e intenso, su voz clara pero perfectamente proyectada, mientras que Marie Perbost defendió eficazmente los colores de Ilia, a pesar de algunas dudas de entonación durante su entrada en escena (“Padre, germani, addio”), debidas sin duda a las “condiciones” del canto. La Elettra de la soprano rumana Andreea Soare tuvo un gran éxito entre el público, no dudando en sacrificar la pureza de su línea a la agresividad y desesperación de sus acentos, lo que resultó muy útil en su aria final “D’Oreste, D’Aiace”. El tenor checo Petr Nekoranec destacó en el papel de Arbace gracias a su soberbio timbre. Por su parte, los comprimarios –el Sumo Sacerdote de Kresimir Spicer y La Voix de Alexandros Stavrakakis– fueron irreprochables.
Por último, el joven director de orquesta italiano Michele Spotti, director musical de la Ópera de Marsella, ofreció una lectura viva y despierta de la partitura del joven Mozart, pero que se humanizó a medida que avanzaba la velada, encontrando color, redondez y una verdadera expresión de los sentimientos en juego: fue él quien compensó la rigidez teatral de esta representación… ¡y le dio una emoción tan consoladora como bienvenida!
Emmanuel Andrieu
(fotos: Mirco Magliocca)