Crítica: «La voix humaine» y «Erwartung» en el Teatro Real

              Crítica: «La voix «Erwartung» Real  Por María Pardo

Del realismo al expresionismo

Los amantes de la música del siglo XX están de enhorabuena, pues el Teatro Real estrena nueva producción, en coproducción con el Teatr Wielki de Varsovia (Ópera Nacional Polaca), en un programa doble de dos óperas: La voix humaine de Francis Poulenc y Erwartung de Arnold Schönberg, ambas de un solo acto, además del estreno absoluto de una exploración poética y teatral sobre el amor femenino llamada Silencio que es el resultado de una propuesta dramática llevada a cabo por el director escénico Christof Loy y la actriz española Rossy de Palma. Paradójicamente, Telefónica patrocina esta producción en el que el teléfono y su funcionamiento, no siempre tan bueno en sus comienzos, tiene un gran protagonismo en la obra La voix humanine. Esta es una tragedia lírica en un acto, con música de Francis Poulenc y libreto en francés de Jean Cocteau, basado en su obra de teatro homónima escrita en 1930 y que fue estrenada en 1959 en París. 

Ermonela Jaho en «La voix humaine» / Foto: Javier del Real

La soprano Ermonela Jaho da vida a una mujer anónima, “Elle”(ella), que se enfrenta a través de una última conversación telefónica con su ex amante, que ha roto con ella el día anterior porque comienza su vida con otra mujer. Ella le mantiene todo lo que puede enganchado a la conversación y le va contando su intento fallido de suicidio la noche anterior y cómo su amiga Martha la encontró y la llevó a su doctor, habla de sus días felices juntos. No le ruega que vuelva, sólo le mantiene el tiempo suficiente como para tomarse una dosis aún mayor de pastillas mientras sigue oyendo su voz. En este caso, Jaho es muy cuidadosa con cada fraseo, atenta a la fusión de la línea melódica con el contenido emocional, algo que resulta imprescindible para la interpretación de esta obra. La soprano albanesa ha sabido dotar a su voz de los colores de la desolación, la felicidad perdida, la mentira, el dolor, la honestidad, la frustración. Su trabajo actoral es depurado, elegante y cercano a lo íntimo en lo que es una mujer herida en una época que corresponde al estereotipo de primera mitad del siglo XX.     Crítica: «La voix «Erwartung» Real

Dentro de ese mismo estereotipo, pero antes en el tiempo, cuando Freud se atrevía a hurgar entre las sombras de las mentes, tenemos otro tipo de mujer: la que vive en el laberinto de la oscuridad de sus pasiones y que da lugar al monodram en un acto Erwartung (La espera), con música de Arnold Schönberg y libreto de Marie Pappenheim, estrenada 35 años antes, en 1924. La trama gira en torno a una mujer que busca desesperadamente a su amante en un bosque oscuro, asustada, temiendo a las alimañas nocturnas, en un enotrno de pesadilla en el que tropieza con el cuerpo inerte del hombre al que estaba esperando. Confusa y resentida por el engaño del que era objeto por parte de él, reflexiona sobre su relación y su propia angustia al no saber si, quizás, ha sido ella quien lo ha matado y no lo recuerda. La música de Schönberg en esta obra, al igual que lo es en el Pierrot Lunaire que recientemente ha tenido lugar en el Teatro de la Abadía interpretado por Xavier Sabata, es intensa y emocional, en las que utiliza técnicas de atonalidad y expresionismo para crear una atmósfera de angustia y confusión. La noche oscura, el reflejo blanco de la luna y los motivos rojos, asociados a la sangre, son el denominador común de estos dos mundos interiores en ambas mentes perturbadas.

Malin Byström en «Erwartung» / Foto: Javiero del Real

La soprano Malin Byström ha realizado también un gran trabajo, aunque empezó algo fría, fue creciendo y entregándose al personaje conforme avanzaba por los pentagramas hasta el final de la obra. Es indiscutible la belleza del timbre de su voz, expresiva, elegante, sin caer en el histrionismo y pasa sin problema la orquesta. El apoyo mímico de la existencia del cadáver de su amante personificado impecablemente por el actor/bailarín Gorka Culebras, que a ratos estaba vivo en la mente de die Frau (la mujer), fue dando fuerza y verisimilitud a su propuesta dramática conforme avanzaba la historia.

La apuesta escénica de Christof Loy junto a su equipo: Guadalupe Holguera en la escenografía, el vestuario de Barbara Drosihn y la iluminación de Fabrice Kebour, que han hecho un gran trabajo dejando redonda su intención de vincular estas dos obras a través del mismo espacio. Ambos dramas se producen en el mismo lugar: el apartamento en el que “Elle” intentaba quitarse la vida en La voix humaine, vacío, espacioso, sin apenas muebles, con una silla y un teléfono como protagonistas de un espacio en el que parece que nunca hubiera llegado a desembalar sus cajas para asentarse allí, pasa, en Erwartung, a ser ocupado por Die Frau (la mujer), decorado y habitado de una forma más hogareña. Su angustia en el bosque pasa a ser una terrible pesadilla que la saca de la cama y cuyas ventanas abiertas a la terraza le hacen sentir miedo del exterior. 

En cuanto a la presencia de Rossy de Palma en La voix humaine, como la presencia de la amiga, Marthe, que está por allí, perfectamente justificada en la historia como la persona a la que ella ha acudido en su primer intento de suicidio y que se dispone a hacer un discreto acompañamiento en un momento tan delicado de la vida de su amiga. Sin decir una palabra, su presencia no interfiere lo más mínimo, si no que enriquece la situación con una escucha activa y honesta convirtiéndose en el testigo mudo de una circunstancia dolorosa que comprende y respeta.

Rossy de Palma en «Silencio» / Foto: Javier del Real

En cuanto a su intervención en el “intermedio” Silencio, fue el alivio cómico con una profunda respuesta a dos posturas vitales femeninas que han venido definiendo los límites fundamentales a los que se enfrentaba la mujer en el pasado: la mujer sólo cuenta con el amor al hombre para sobrevivir. Enamorarse, casarse, tener hijos, cuidar de todos y morir discretamente. El fracaso en el amor era el fracaso existencial en la mayoría de los casos. Rossy de Palma nos deja una rendija en los textos propuestos por ella misma y Christof Loy: ¿Qué se hace con todo el amor que una mujer no ha podido entregar a una relación amorosa? La respuesta para ella es meridiana: “Emplear todo ese amor que le sobra en quererse a sí misma”. Solo una pasada de un extremo del escenario al otro, envuelta en un vestido blanco, con una interminable cola, como si fuera la luna yendo a su propia boda y medio cantando canciones con letras de desamor, con cierto aire “de misa”, contando la diferencia entre querer y amar, y haciendo un pequeño guiño a la zarzuela con la romanza “¿Qué te importa que no venga?” de Los Claveles, dotando de valentía a sus propios recursos canoros que, obviamente, estaban fuera de su zona de confort, pero que cumplían perfectamente su objetivo artístico. Como anécdota, un hombre preguntó en voz alta si a alguien le había gustado esa “mamarrachada”. La contestación de otro asistente que dijo con efusión “¡Nos ha encantado!” fue celebrada por el resto de los presentes.     Crítica: «La voix «Erwartung» Real


Madrid (Teatro Real), 17 de marzo de 2024               La voix humaine / Silencio / Erwartung 

Dirección musical: Jérémie Rhorer                Dirección de escena: Christof Loy

Escenografía: Christof Loy y Guadalupe Holguera  Vestuario: Barbara Drosihn Vestuario: (Silencio) Rossy de Palma.    Iluminación: Fabrice Kebour

LA VOIX HUMAINE                                                                                                Elle: Ermonela Jaho            Marthe: Rossy de Palma

SILENCIO                                                                                                            La Mujer: Rossy de Palma   La Voz: Christof Loy

ERWARTUNG                                                                                                        Die Frau: Malin Byström         El Hombre: Gorka Culebras

Orquesta Titular del Teatro Real                                                Opera World