Nos llegan la angustia y el desamor al Teatro Real de la mano de dos obras maestras del repertorio operístico, La Voix humaine y Erwartung. Se trata de dos compositores, Poulenc y Schönberg, que en el fondo tienen más bien poco que ver, pero que supieron mostrar con semejante maestría las complejidades emocionales que abundan en ambas obras, destacándose e individualizándose en el tratamiento musical del conflicto exhibido en cada una. No hay que desdeñar en ningún caso el texto del que parten, de un lado, el magnífico monólogo de Jean Cocteau y, del otro, la sobrecogedora intensidad de Marie Pappenheim.

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Ermonela Jaho es Elle en La Voix humaine
© Javier del Real | Teatro Real

Sin duda son las grandes protagonistas del acto Ermonela Jaho y Malin Byström. Como las obras en sí mismas, también ellas apuntalaron dos personajes sufrientes creando dos interpretaciones únicas e inolvidables, si bien con ciertas diferencias, fundamentalmente en la expansión de la voz. Podría decirse que, en este aspecto, la mujer interpretada por Malin Byström gozó de una capacidad expresiva mayor, si nos detenemos en la amplitud sonora y en la ampulosidad del movimiento. Se trata de una soprano que es capaz de modular con maestría los cambios en el volumen y en la intensidad de su voz, características que se asocian a la perfección con la angustia psicológica que experimenta su personaje que, a fin de cuentas, se ha topado con el cadáver de su amante.

La mujer que interpreta Ermonela Jaho se hunde en un sufrimiento diferente, hay un abandono y una desesperación, y una imposibilidad de expresar estos conflictos con soltura debido a la insolente torpeza de la línea telefónica que le separa de su amante. Se trata de un pesar más parecido a la súplica y menos a la culpa, por lo que resultó completamente apropiado que la soprano albanesa concibiera un personaje menos histriónico y desesperado, abordándolo desde una perspectiva, si cabe, más profunda. De ahí se hace necesario valorar la capacidad técnica de Jaho para controlar su voz con una afinación impecable en una obra que se caracteriza por el contraste y las dinámicas extremas.

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Malin Byström en Erwartung
© Javier del Real | Teatro Real

En ambos monólogos se nos ofrecieron dos personajes secundarios. En La espera de Schönberg, el actor Gorka Culebras interpretó con soltura y credibilidad al amante de la mujer, proyectando un personaje necesario, elocuente y persuasivo, aun cuando no tenía que pronunciar ni una palabra. Rossy de Palma interpretó a Marthe, un personaje que en esta versión de La voz humana merodea de un lado a otro de la escena en actitud compungida, sin aportarle nada interesante a una trama que ya comunicaba perfectamente con el texto, la música y la escenografía. La escenografía se limitó a una misma habitación, si bien en la de Schönberg resultó más sobrecogedora y onírica, si cabe, a través del empleo versátil de una iluminación sugestiva y de la ilusión de un jardín en la tiniebla, tras los balcones abiertos. Sobria y mortecina, como se va quedando el aspecto de una casa en el transcurso de una mudanza, se mostró la habitación de la mujer que interpreta La voz humana.

En medio de estas dos obras maestras en las que las solistas se vieron acompañadas por una orquesta que supo en todo momento proyectar una integración armoniosa y coherente entre ambos extremos, presentando además una guía complementaria para las complejidades psicológicas que abundan en ellas, nos encontramos con la obra Silencio, un estreno absoluto ideado por Rossy de Palma y Christof Loy. Se trata de una pieza teatral a caballo entre la Salomé de Oscar Wilde y El Club de la Comedia en la que se nos presentó a Rossy de Palma arrastrando un vestido blanco y haciendo alocuciones sobre el amor, todo ello sobre fondo negro. Le reconocemos el mérito (¿al valor?) de ponerse a cantar después de Ermonela Jaho y antes de Malin Byström. No podemos afirmar que tuviera este episodio una acogida particularmente calurosa, pero hay que señalar que, al término, un espontáneo preguntó en alto “¿De verdad os ha gustado esto?". Huelga decir que esta persona solo obtuvo el silencio por respuesta.

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