Die Walküre, Wagner. Reparto: Robert Watson, Vida Mikneviciute, René Pape, Tomas Konieczny, Roman Trekel, Claudia Mahnke, Anja Kampe, Clara Nadeshdin, Anna Samuil, Michal Doron, Alexandra Ionis, Christiane Kohl, Ekaterina Chayka-Rubinstein, Aytaj Shikhalizada, Anna Kissjudit. Staatskappelle Berlin. Philippe Jordan, director musical. Dmitri Tcherniakov, director de escena. Staatsoper Unter den Linden, Berlín, 28 de marzo 2024.

Escena de «Die Walküre» en Berlín

Poderosa música: ‘Die Walküre’ en Berlín

Tras el prólogo de ‘Das Rheingold’, comienza la primera de las tres jornadas del festival del ‘Anillo del nibelungo’: ‘Die Walküre’.

La grandiosidad del escenario, la sorpresa de la presentación y en fin, lo visto el primer día daba esperanzas de mejor continuación, pero no ha sido así. Se presentan menos escenarios esta vez, de entre los vistos el primer día. Y aunque sigue habiendo buenas ideas, escénicamente se ha ido a peor.

La acción empieza con un vídeo en el que un bandido está escapando de una persecución policial. Y acaba llegando a la casa de Sieglinde (Vida Mickneviciute) y Hunling (René Pape), representado como un oficial que se supone que participaba en la persecución. Muy bien recreada la casa, encontrándose a la espalda del Valhalla, que aquí se sustituye por el centro de investigación ‘E.S.C.H.E.’, algo que guarda coherencia porque de la pared medianera y no de un fresno Siegmund acabará sacando la espada, pero es que esche es fresno en alemán.

Escena Die Walküre

Pero ese es uno de los pocos actos de coherencia. El otro es el descenso de la pareja de novios-hermanos hacia el mundo que el capítulo anterior era de los nibelungos y donde se desarrollan las escenas que acabarán con la vida del héroe.

Pero poco más, aparte de olvidar un indigno final que debería ser monumental y preparatorio para la siguiente jornada con una vis cómica: es muy difícil mantener la coherencia escénica con el texto que se está poniendo en esa escena. Se entiende que un director no quiera hacer siempre un ‘Anillo’ clásico y competir y ser comparado con tantos otros, muchos de los cuales están grabados o se mantienen en la retina de tantos espectadores. Pero si realmente quieres hacer algo distinto y mantener la coherencia entonces cambia el libreto, atrévete a hacer algo diferente de verdad. Provocarás un escándalo, pero que al menos que lo que se escuche tenga que ver con lo que se vea. De lo contrario, experimenta con gaseosa. O hazlo en una obra contemporánea, que no faltan y probablemente lo necesitan más que esta.

En las voces, sobresale y de qué manera este segundo día Konieczny-Wotan, como marido culpable y padre amante pero inflexible. Mucha suerte para los espectadores de los próximos dos días porque se podrá disfrutar otras tantas veces de Anja Kampe en el papel de Brünnhilde.

Los novios-hermanos fueron de menos a más, sobre todo Robert Watson como Siegmund y, aunque Sieglinde fue más regular con la voz, se perdía mucho en la actuación, quizá porque el director de escena no sabía dónde meterla, y aparecía y desaparecía sin motivo.

Escena Die Walküre

Las hermanas valquirias, que no mencionaremos por su elevado número, cantaron y emocionaron como se esperaba.

En fin, ¿qué ha sido lo mejor de estos dos primeros días? Sin duda la música, magistralmente dirigida por Philipe Jordan que no da tregua y saca todo el poderío posible de cada instrumento. Maravillas oberturas, emoción al escuchar y reconocer los diferentes leitmotivs, o un encogerse el corazón cuando en discusiones entre Fricka (Claudia Mahnke) y Wotan o Wotan y Brünnhilde se producen silencios de voz y aparecen un oboe o un fagot sosteniendo la escena… carne de gallina.

En este el segundo día el público estaba entregado a la orquesta, con largos aplausos al comienzo y al final de cada acto y de la obra. Y otra vez Philippe Jordan pisó el acelerador, para hacer una versión algo más rápida de lo habitual (1 hora 8 minutos + 1 hora 29 minutos + 1 hora 9 minutos).

El día 30 el festival se reanuda con ‘Siegfried’, aunque el día 29 la Staatskappele ha ofrecido en la sala principal de la Berliner Philharmoniker la octava sinfonía de Bruckner a las órdenes del director anglo-indio Zubin Mehta.

Para ‘Siegfried’ llega Andreas Schager y nos despediremos de la voz de Konieczny, además de tener otro regalo con la nueva aparición de la mezzosoprano húngara Anna Kissjudit.

Y a ver qué perpetra ahora el amigo Dmitri, porque va in decrescendo… Javier Lillo