Crítica: La poderosa premier de «El Niño» de John Adams en el Met

 Por Carlos J. López Rayward

OW asiste al estreno en la Metropolitan Opera de Nueva York del oratorio «El Niño», del aclamado compositor John Adams y el visionario autor Peter Sellars. Esta obra, descrita por Adams como su aproximación al misterio del milagro, es una ópera-oratorio que trae la tradición de obras sagradas de compositores como Bach y Handel a la era de la ópera contemporánea.

El estreno del título en Nueva York fue también el debut en el Met de dos de sus protagonistas la soprano Julia Bullock y el barítono Davóne Tines, a los que se unió la mezzo J’Nai Bridges, quién ya debutó en 2019 en el papel de Nefertiti en «Akhnaten» de Philip Glass. Al mano de todos ellos, y de la orquesta y el coro metropolitanos encontramos a la admirable directora neoyorkina Marin Alsop, en su esperada primera aparición en el Met.

La segunda ópera con libreto en español de la temporada

«El Niño» narra la conocida historia de la Natividad, comenzando con la Anunciación a María y siguiendo el relato hasta el nacimiento de Cristo y la posterior huida de la Sagrada Familia a Egipto. A diferencia de su predecesor barroco, el «Messiah» de Handel, la ambientación de «El Niño» se mueve libremente a lo largo de un largo continuum de tiempo y lugar.

Adams creó el libreto de «El Niño» junto con Peter Sellars, quien también dirigió la producción de estreno en 2000 en París. Se basaron en una selección de las profecías hebreas de la Biblia, textos medievales de Hildegard von Bingen, los renacentistas Martín Lutero, Sor Juana Inés de la Cruz, y los queridos poetas del XX Gabriela Mistral, Vicente Huidobro, Rubén Darío y Rosario Castellanos. Por tanto, la parte más poética y emotiva de la obra es cantada en un bellísimo español, imbricado con inspirada efectividad por Sellars en la música de Adams.

«El Niño» es una oportunidad perfecta para somarse al atractivo estilo de John Adams, con ritmos cambiantes y una orquestación compleja pero poética. Adams combina con habilidad elementos de la música minimalista con una rica paleta de colores armónicos y una energía rítmica onmipresente. Los papeles vocales se distribuyen en capas psicológicas más que atendiento a un hilo dramático, lo que sitúa la acción, por todos conocida, en un plano más íntimo y personal.

Una producción colorista y vibrante donde lo real está en el interior de los personajes

La producción de «El Niño» en su estreno en el Met está firmada por la joven directora neoyorkina Lileana Blain-Cruz, también primeriza en el Met, pero no en Lincoln Center, de cuyo teatro es directora residente .

La mente creativa de Lileana Blain-Cruz dio rienda suelta a su imaginación en una puesta en escena saturada de color que produce un estallido vitalista de inspiración hispanoamericana, que pese a su arriesgada propuesta encaja en la música sin apenas conflicto. Adam Rigg, con su visión escenográfica, erigió un tapiz escénico sencillo en sus elementos pero prolio y por momentos abigarrado, aunque con sentido estético.

Los trajes diseñados por Montana Levi Blanco cobraron cierta relevancia, al contener mucho material dramático, al evocar la pureza de la época del evangelio, con un toque de modernidad e irreverente carnaval. Yi Zhao contribuyó a poner orden con un buen diseño de iluminación mientras que las sorprendentes proyecciones de Hannah Wasileski, no desentonaron en medio de tanta explosión de color.  Wasileski añadió una capa de profundidad visual que enriqueció la experiencia teatral, llevando a los espectadores a mundos oníricos y visiones surrealistas.

Los ingeniosos diseños de marionetas de James Ortiz agregaron un elemento de fantasía y asombro, dando vida a criaturas míticas y personajes fantásticos que poblaron el mundo milagroso de «El Niño». La coreografía de Marjani Forté Saunders elevó la narrativa a través del movimiento, expresando las emociones más profundas de los personajes con cada gesto y cada paso.

En una producción de tanta intensidad visual, resultaron planas la escena de Herodes, plana y poco imaginativa, casi caricaturesca; asi como el tamaño de las marionetas de Ortiz, por momentos intrusivas y sobrantes. Con todo, Lileana Blain-Cruz y su equipo de creadores arriesgaron y ganaron el premio del aplauso del Met en la noche del estreno.

El mejor estreno para la esperada directora Marin Alsop

Marin Alsop es una de las directoras de orquesta más destacadas de nuestro tiempo, por lo que su estreno en el podio del Met cobró categoría de acontecimiento.

Alsop, conocida por su carisma en el podio y su profunda interpretación musical, ha sido una fuerza innovadora en la dirección orquestal durante décadas. Su enfoque fresco y su compromiso con la excelencia artística al frente de la ORF de Viena la han convertido en una de las favoritas de los melómanos a ambos lados del Atlántico.

Gran parte del éxito en el estreno de «El Niño» se debió a su capacidad para resolver la compleja partitua con sencillez y naturalidad. La directora mostró una gran habilidad para captar la esencia emocional de la música de Adams y transmitirla de manera poderosa a través de la orquesta y los cantantes.

En su estreno en el Met, las ovaciones que recibió parecieron el preludio de una colaboración más estrecha entre la directora y la compañía de Peter Gelb.

Marin Alsop lidera en «El Niño» un elenco encabezado por Julia Bullock, J’Nai Bridges, Key’mon W. Murrah, Siman Chung, Eric Jurenas y Davóne Tines.

También se ha hecho esperar el debut en el Met de la célebre soprano Julia Bullock. Bullock lleva años convenciendo a los espectadores de los mejores teatros del mundo. Recordemos tan sólo cómo un emocionado Mariano Hortal describía su voz en «The indian queen« de Purcell en Madrid en 2013 como «puro terciopelo en el grave, agudos bellísimos y sentimiento actoral y dramático«.

En su estreno en Nueva York, la Bullock tuvo un comienzo algo decepcionante, distraída y confuda, como si estuviara desconectada de la orquesta y del personaje de María, algo descafeinada en sus intervenciones, y superada por la arrolladora proyección de la mezzo J’Nai Bridges. Según avanzaba el espectáculo, Bullock recuperó posiciones en escena y terminó la ópera a un gran nivel, con una prometedora versión de la escena del segundo acto «Memorial de Tlatelolco». La calidad de la artista hace probables mejores intrepretaciones en las noches que le restan. 

J’Nai Bridges se lució a placer, deslumbrando al público con su voluptosa línea vocal y su sicalíptica pronunciación del español. Bridges arroja su caudal vocal al público que, abrumado, de deja hacer, inerme. 

Es de justicia subrayar también el magnífico desempeño del barítono Davóne Tines en su debut en el Met. Tines tuvo que lidiar con los papeles de José, Herodes y Dios en oposición a las solistas femeninas. Su humildad y generosidad, unidas a un instrumento sano y claro, en evidente crecimiento, le valieron el sobresaliente en su estreno. Muchos aficionados recordarán su arrolladora versión de «Shake de Heavens», que dejó al Met sin palabras.

Los contratenores Key’mon W. Murrah, Siman Chung y Eric Jurenas firmaron intervenciones más bien discretas, si bien el instrumento de Murrah destacó por su timbre y homogeneidad.

Otro éxito contemporáneo para el Met de Peter Gelb

Es indudable que el estreno de «El Niño», con la deslumbrante producción de Lileana Blain-Cruz, el brillante estreno de Marin Alsop y la solidez del elenco, ha sido uno de los acontecimientos de la temporada de ópera en el Met.

Y el éxito se suma a los que Peter Gelb, el superintendente del Met, ha cosechado con otros títulos del repertorio contemporáneo. Parece que, de a poco, el proyecto se va consolidando, si bien Gelb no debería cantar victoria cuando aún queda mucho que bregar hasta que el Met vuelva a recuperar la pujanza de antaño.

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Metropolitan Opera de Nueva York, a 23 de abril de 2024. «El Niño» oratorio en dos partes de John Adams con libretto de Peter Sellars basado en autores originales.

Dirección Musical: Marin Alsop. Orquesta y coro titulares del MET (Donald Palumbo, director). Dirección escénica: Lileana Blain-Cruz, Escenógrafía: Adam Riff, Vestuario: Montana Levi Blanco, Iluminación: Yi Zhao, Coreografía: Marjani Forté-Saunders, Marionetas: James Ortiz.

Reparto: Key’mon W. Murrah, Siman Chung, Eric Jurenas, Julia Bullock, J’Nai Bridges, Davóne Tines.