Crítica musical
Un historia cruda extraida de la prensa roja, una mujer abusada por un hombre y acuchillada por otro, un niño de ocho días enterrado en un pantano, patéticas realidades que visibilizan el machismo, el honor, la traición, en busca del amor. «Jenufa», la ópera prima del compositor checo Leos Janacek fue el título escogido para abrir la Temporada Lírica del Municipal.
De la mano del afamado regisseur argentino-francés Jorge Lavelli, vimos una puesta en escena depurada de elementos escenográficos o evocaciones a un espacio definido.
Con vestuario de la época de su creación, Lavelli nos propuso entrar al mundo psicológico de los personajes. Todos centrados en la suerte de Jenufa, dominan su destino, reforzados por los sonidos obsesivos de sentimientos y pensamientos que describen la acción.
Lavelli es consecuente con los mínimos objetos que ubica en el ascéptico espacio vacío del escenario con muros laterales de madera y una gran pared metálica al fondo: en el segundo acto la única cama evoca el dormitorio de la casa de la Sacristana y en el tercer acto, la sencilla mesa con copas vacías con las que brindan en el tan desventurado matrimonio de Jenufa.
Notable iluminación que estuvo a cargo del experimentado Roberto Trafferri junto a Lavelli.
Todas las fotos gentileza Municipal de Santiago
Quizás lo mas destacable de esta obra, lo que la hace vigente y contemporánea, no es el drama mismo, sino cómo la música está puesta al servicio de cada detalle de este relato. La música es un estilo particular que cuenta con esbozos líricos, combina armonías disonantes con percusiones obsesivas, transforma a Jenufa en un ópera que no da tregua a su auditor. Intensa del comienzo al final. La clave de su vigencia está ahí, en el legado de Janacek.
Los solistas cumplieron con holgura este enorme desafío musical debido a las dificultades musicales aumentadas por la compleja dicción checa.
La soprano Dina Kuznetsova creó una Jenufa sensible y dulce, dueña de un lirismo excepcional, su voz tenía la virtud de ser una herramienta poderosa tanto en los graves como los impecables legatos.
La Madrastra Kostelnicka fue interpretada por la mezzo alemana Tanja Baumgartner que también impresionó con el dramatismo de su personaje y una voz imponente y poderosa. Severa y humana con una caracterización que le hizo primar su notoria juventud y delgadez, restandole poder a su maléfico personaje.
Tomas Juhas, el tenor checo fue deslumbrante. Su voz con hermoso y categórico material, interpretó a Laca con sobrecogedora humanidad.
El desventurado Steva estuvo a cargo del tenor Peter Berger quien tuvo un correcto desempeño.
En los roles secundarios sobresalen Lina Escobedo como la abuela con una emotiva interpretación, como también la descollante en su breve intervención estuvieron la soprano Yaristza Véliz como Jano y Marcela González como la seductora Karolka. El resto del elenco estuvo correcto y felicitaciones a la preparación de la dicción eslava a cargo de Thymothy Cheek: Javier Weibel de capataz, la esposa del alcalde Paola Rodríguez, David Gáez como alcalde, Yeanethe Munzenmayer como criada, Sonia Vásquez de Barena y Miriam Caparotta como Tía.
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Los conjuntos a cargo de la Orquesta Filarmónica con su maestro titular Konstantin Chudovsky cumplió a cabalidad esta misión, creando las complejas atmósferas con autoría. Destaca la dirección paralela de la banda de nueve músicos ubicada arriba del escenario en el primer acto, como también las dos intervenciones corales que evocan los populares cantos folclóricos de Moravia.
Destaco además el nuevo programa impreso en papel reciclado con mayor cantidad de información relevante, diseño moderno incluyendo un crucigrama; coherente con la nueva imagen del Municipal.
