Interesante versión reducida de Rigoletto en Wexford

 

Rigoletto en Wexford
Rigoletto en Wexford

Se ha ofrecido una versión bastante completa de Rigoletto, que ha gustado al público aunque haya sido un espectáculo modesto y, como siempre, con acompañamiento de piano.

La producción escénica se debe a Roberto Recchia y hace un trabajo muy simple, a base de unos telones y prácticamente nada más, moviendo bien a los personajes. La trama se narra bien y todo funciona correctamente. Se trae la acción a tiempos más o menos actuales, aunque creo que la razón última será por ahorrar costes en vestuario.

Al piano estaba Giorgio D’Alonzo, que ha ofrecido una versión bastante completa de la ópera, cortándose únicamente las repeticiones y algunos pasajes secundarios, pero todo lo demás estaba allí.

Rigoletto fue interpretado por el barítono británico Charles Rice, a quien ayer veíamos en Risurrezione en el personaje de Simonson. Se puede decir que cumple con su cometido, aunque la voz no tiene especial atractivo y es un tanto ligera para el personaje.

Rigoletto en Wexford
Rigoletto en Wexford

Lo mejor de todo el reparto ha sido la actuación de la soprano Giuliana Gianfaldoni, a quien habíamos visto hace dos días en la parte de Giustina en la ópera Margherita. Ha estado más controlada que en la ocasión anterior y ha cantado con gusto y musicalidad, ofreciendo una voz adecuada y un canto matizado.

Il Duca di Mantova corrió a cargo del tenor británico Aidan Coburn, que mostró una voz de escasa calidad y una técnica especialmente insuficiente, con accidentes vocales en más de una ocasión.

Correcta la actuación del bajo croata Toni Nezic como Sparafucile, con voz adecuada. Correcta también la mezzo-soprano rusa Veta Pilipenko, con voz y figura atractiva.

En los personajes secundarios lo hicieron bien Thomas D’Hopkinson en Monterone y la mezzo-soprano Vivien Conacher como Giovanna.

El pequeño teatro estaba lleno, habiendo agotado sus localidades. El público se mostró satisfecho con el resultado de la representación, tanto a escena abierta como en los saludos finales.

La representación comenzó con 5 minutos de retraso y tuvo una duración de 1 hora y 33 minutos, sin intermedios.

El pecio de la localidad única era de 30 euros.

José M. Irurzun