MÚSICA
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La leyenda gris

Actualizado

Don Carlo

2 estrellas
  • Género: Musical
  • Director/a: Ramón Tébar / Marco Arturo Marelli
El "Don Carlo" de Verdi que se interpreta en el Palau de les Arts
  • Año: 2017
  • Duración:
  • Nacionalidad: Alemania
  • Actores: Alexander Vinogradov, Andrea Carè, Plácido Domingo, Marco Spotti, María José Siri, Violeta Urmana

Permanece en el repertorio por su enjundia dramática y profundidad musical; pero es siempre un enigma para el teatro que se atreva con una obra de exigencia vocal máxima (la gama completa de tesituras en acción equivalente) y ardua de hincar el diente, por el acecho de los tópicos que acechan a una fantasía oscurecida por la famosa negrura de la engorrosa leyenda.

Aquí la leyenda se desplaza hacia la grisura, tanto por el enlutado montaje como por la palidez del reparto y el desconcierto de la batuta para mantener una tensión sin desperdigarse en los meandros de una historia siempre oscilando en el equilibrio entre lo público y lo privado, y una deriva melodramática turulata, con fantasma redentor incluido.

Alexander Vinogradov es un joven y vigoroso cantante con una espléndida voz de bajo, pero resulta un penoso Felipe II quejándose en camisola como un marido desesperado porque su bebé no le deja dormir. El otro bajo profundo, Marco Spotti como el temible Gran Inquisidor, pierde reciedumbre y empaque caricaturizado de clérigo ciego. Violeta Urmana en horas bajas no transmite la apasionada insidia de la Princesa de Éboli. Y es posible que Andrea Carè llegue a encarnar al protagonista, igual que María José Siri puede convertirse en Elisabetta con un director musical que les dedique los ensayos que parecen haber faltado.

Plácido Domingo (aplaudidísimo) recuerda enlutado y con cartera a un Padre Provincial de la Compañía de Jesús en visita pastoral; el baritenor, enfrentado a un tenor, una soprano, una mezzo y un bajo, muestra por contraste la extrema rareza del timbre de su invención, con ramalazos de belleza retrospectiva alternando con gruñidos, ahogos y gorgoteos.

Pero el estreno de la temporada del Palau de les Arts vivió, como apuntaba un sagaz crítico visitante, una versión local de las intrigas palaciegas narradas por la ópera. El Intendente italiano Davide Livermore acababa de dimitir por la decisión del político correspondiente de dotar al coliseo lírico de un carácter más específicamente valenciano, tanto a la hora de nombrar los cargos directivos como en la elección del repertorio. Una voz tildó de cobarde al conseller ausente, y el público se volcó, literalmente, en aplaudir a los artífices de la función, completados por la irrupción en el escenario de técnicos y trabajadores. El fiel espectador del Palau de les Arts manifestó en voz muy alta que ama su teatro y se alarma cuando se anuncian cambios imprevisibles.

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